
Una de las novelas más desinfladas por estos días es El Capo, otra muestra más de que el canal RCN debería dedicarse a otra cosa que no sea hacer televisión. El patético guión de El Capo viene firmado por uno de los más indignos representantes de nuestras comunidades aborígenes: el señor Gustavo Bolívar.
La obsesión de Bolívar por el tema del narcotráfico se debe a un complejo de inferioridad que no le permite aceptar que con esa pinta de indio suburbano nunca tendrá tanta plata y poder como los personajes de sus historias. O la otra explicación es que su mamá le halla echado el cuento de que su papá era Pablo Escobar y nunca lo reconoció, de ahí sus ganas de educar a la gente sobre el interesante y edificante mundo de los traquetos.
Mientras los pendejos productores de los canales privados le den trabajo de guionistas a indios desadaptados como este ya estuvo que nuestra pobre televisión seguirá siendo un relleno sanitario para la exhibición de putas y narcos. Mejor deberían mandarlo de regreso a la selva de donde nunca debió salir, a ver si un par de micos tirando lo inspiran a escribir algo más creativo.